Pues como bien sabes, nuestras papilas gustativas reconocen diferentes sabores, entre ellos está el sabor dulce que normalmente nuestro cerebro lo relaciona con algo bueno (chucherías, tartas,etc.) y delicioso.
Sin embargo, al reducir la cantidad de azúcar en nuestros alimentos conseguimos apreciar el sabor real de los mismos. Por ejemplo, el café sin azúcar nos permite saborear el verdadero sabor del grano de café y diferenciar si la calidad del grano es buena o mala. Si por el contrario echamos mucho azúcar, lo que conseguimos es camuflar el sabor real y solamente quedarnos con el sabor dulce. Por esta razón, las especias y los azúcares (junto con otros aditivos de sabor) son tan usados en alimentación (desde las patatas fritas hasta las sopas precocinadas).
¿Te quedas con el sabor real o el del azúcar?
Añado a lo que ha dicho María que un problema que tenemos actualmente es que estamos subiendo el umbral del dulce. ¿De qué va esto? Las papilas gustativas de las que hablaba María necesitan un cierto nivel de moléculas dulces para detectar este sabor. Pero si las vamos saturando cada vez van a necesitar más para reconocerlo (igual que la gente que se acostumbra al picante, que cada vez va consumiendo más porque, si no, no nota ese sabor). Esto hace que cada vez acabemos tomando productos más dulces para poder notar esa sensación tan placentera. Y este problema del umbral del dulce afecta también a los productos «light» o «zero» (que no atropan calorías). Por ejemplo, si al comer bebes agua y de postre te tomas una pera, reconocerás el sabor dulce. Pero si comes con un refresco, aunque sea «zero», ya te vas a acostumbrar a un nivel de dulce. por lo que la pera del postre no te sabrá a anda, querrás un postre mucho más dulce y terminarás tomando más azúcar… Efectivamente, se trata de que acostumbremos a nuestro paladar a bajar el umbral del dulce.
Coincido con mis compañeras. La opción no es buscar alimentos light o con edulcorantes, sino reducir los alimentos ultraprocesados de nuestra dieta. La mayoría del azúcar que consumimos proviene de refrescos, galletas, bollería, chocolates y postres lácteos azucarados.
Comentarios
Jara commented on :
Añado a lo que ha dicho María que un problema que tenemos actualmente es que estamos subiendo el umbral del dulce. ¿De qué va esto? Las papilas gustativas de las que hablaba María necesitan un cierto nivel de moléculas dulces para detectar este sabor. Pero si las vamos saturando cada vez van a necesitar más para reconocerlo (igual que la gente que se acostumbra al picante, que cada vez va consumiendo más porque, si no, no nota ese sabor). Esto hace que cada vez acabemos tomando productos más dulces para poder notar esa sensación tan placentera. Y este problema del umbral del dulce afecta también a los productos «light» o «zero» (que no atropan calorías). Por ejemplo, si al comer bebes agua y de postre te tomas una pera, reconocerás el sabor dulce. Pero si comes con un refresco, aunque sea «zero», ya te vas a acostumbrar a un nivel de dulce. por lo que la pera del postre no te sabrá a anda, querrás un postre mucho más dulce y terminarás tomando más azúcar… Efectivamente, se trata de que acostumbremos a nuestro paladar a bajar el umbral del dulce.
Miguel commented on :
Coincido con mis compañeras. La opción no es buscar alimentos light o con edulcorantes, sino reducir los alimentos ultraprocesados de nuestra dieta. La mayoría del azúcar que consumimos proviene de refrescos, galletas, bollería, chocolates y postres lácteos azucarados.